domingo, 23 de mayo de 2010

UN PAÍS DE INCULTOS

Hablemos de España, de la España del 2010, la España de la Belén Esteban, del Bustamante y de la Pantoja. En un país como este, gran artífice de los conocimientos actuales a nivel mundial se sumerge constantemente en un río que aumenta su caudal de incultura diariamente enfriando las mentes hambrientas de conocimiento.
He querido ponerle este título tan dañino para hacer denotar la incultura de este gran lugar, no quiero pasar por alto el término cultura porque creo que es fundamental aclarar que la cultura es, como se diría en una clase de filosofía, el todo de la sociedad, es la literatura, el arte, la técnica y por supuesto, la ciencia. De esta definición, que más o menos, la comparte la Real Academia Española (de la lengua), se puede inferir, que, efectivamente aquel que sólo sepa de arte, es en gran medida un inculto con cultura, al igual que el que sepa sólo de literatura o ciencias.
A menudo vemos en la gran caja de estupidez, si, la televisión, el típico programa de concurso de cultura general, y jamás he visto una pregunta del tipo, ¿Quién desarrolló el cálculo diferencial?, ¿Quién enunció las leyes del movimiento? Parece que carece de importancia, pero gracias a este tipo, que parece que todo el mundo conoce pero nadie recuerda quién es, nos podemos desplazar en máquinas. Preguntas con respuestas más evidentes pueden azotar a mentes más ansiosas de conocimiento, ¿Quién inventó el motor Diesel? Pues probablemente, la mayor parte de este país, e incluso de este planeta (podríamos decir galaxia sin peligro de errar) lo desconoce. No hablamos de conocimientos profundos, hablamos de cultura, parece una aberración no conocer la obra más importante de Cervantes, y de hecho lo es, pero no pasa absolutamente nada si se desconoce quién era Newton, Otto, Diesel, o Bernoulli (y que sepa el lector que gracias a este último tiene agua en casa). Obviamente todos estos conocimientos forman parte del conocimiento total de la sociedad y por tanto, de la cultura, pero es más fácil argumentar que "a mí no se me dan los números…", frase que diariamente se escucha y que parece tener el poder de ser la excusa general de la sociedad anumérica (adjetivo creado por Allen Paulos).
Parece más importante, adquirir un conocimiento, literario o artístico, cuando la sociedad actual se expresa en números, y de hecho, cualquier antropólogo puede decirle que primero aprendimos a contar que a hablar. !Por algo será!
En cualquier caso, un ciudadano culto debe ser una mezcla en proporciones adecuadas entre el individuo numérico y el anumérico, es por ello que bajo mi punto de vista, al igual que la Lengua es obligatoria en el instituto en todos los cursos debe serlo las Matemáticas.

Felipe Rodríguez Fonte